martes, 17 de agosto de 2010

Canciones que parecen cuentos

CARTA DE UN LEÓN A OTRO.



Perdón, hermano mío, si te digo
que ganas de escribirte no he tenido
No se si es el encierro
no se si es la comida
o el tiempo que ya llevo
en esta vida.
Lo cierto es que el zoológico deprime,
y el mal no se redime con cariño,
si no es por esos niños
que acercan su alegría
sería más amargo, todavía.
A ti te irá mejor, espero
viajando por el mundo entero
aunque el domador, según me cuentas
te obligue a trabajar mas de la cuenta.
Tu tienes que entender, hermano
que el alma tiene de villano
al no poder mandar a quien quisieran
descargan su poder sobre las fieras.
Muchos humanos, son importantes
silla mediante, látigo en mano.
Pero volviendo a mí, nada ha cambiado,
aquí desde que fuimos separados
hay algo, sin embargo,
que noto entre la gente,
parece que miraran diferente.
Sus ojos han perdido algún destello,
como si fueran ellos los cautivos
yo se lo que te digo
apuesta lo que quieras
que afuera tienen miles
de problemas.
Caímos en la selva, hermano
y mira en que piadosas manos
su aire está viciado de humo y muerte
y quién anticipar
puede su suerte.
Volver a la naturaleza
sería su mayor riqueza
allí podrán amarse libremente
y no hay ningún zoológico de gente.
Cuídate hermano, yo no se cuando
Pero ese día, viene llegando.

El Oso



Yo vivía en el bosque muy contento,
caminaba, caminaba sin cesar.
Las mañanas y las tardes eran mias
a las noches me tiraba a descansar.

Pero un día vino el hombre con sus jaulas
me encerró y me llevó a la ciudad.
En el circo me enseñaron las piruetas
y yo así perdí mi amada libertad.

-Conformate me decía un tigre viejo,
nunca el techo y la comida han de faltar,
sólo exigen que hagamos las piruetas
y a los niños podamos alegrar.

Han pasado cuatro años de esta vida,
con el circo recorrí la el mundo así
pero nunca pude olvidarme de todo,
de mis bosques, de mis tardes y de mí.

en un pueblito alejado
alguien no cerró el candado.
Era una noche sin luna
yo deje la ciudad.

Ahora piso yo el suelo de mi bosque,
otra vez el verde de la libertad.
Estoy viejo pero las tardes son mias
vuelvo al bosque, estoy contento de verdad.

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