Recursos Lenguaje
miércoles, 6 de octubre de 2010
lunes, 30 de agosto de 2010
La oralitura
EL PUENTE ANCHO Y AZUL DE LA ORALITURA (primer avance)
( Escribe Elicura Chihuailaf )
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Mis ex alumnos y alumnas de la Universidad en Temuko organizaron un concurso de poesía; me pidieron que oficiara de jurado y luego que presentara la edición -que ahora gestionan- de dichas creaciones. Más allá de la probable perfección o imperfección de los escritos presentados, les digo: a ustedes y a nosotros nos reúne la fe en la Palabra poética (y no me refiero sólo a los versos sino sobretodo a sus Sueños). El trabajo de la Palabra, como su totalidad en nuestra breve existencia, nunca concluye, siempre es perfectible, nos dicen. Lo que importa de verdad es el interés y la complicidad que demostraron tanto el joven impulsor del concurso como las jóvenes/los jóvenes participantes en él. Haber compartido tan hermoso gesto fue un regalo para mi espíritu; aire que me permitió constatar una vez más que en todo tiempo -y a pesar de la aparente pérdida del humanismo en el sistema actual de libremercado- la Palabra poética nos ayuda a persistir en el Azul de los Sueños, pues nos permite vislumbrar otra/s Palabra/s que siempre tímida/s, sencilla/s, resplandece/n en el misterio de la cima del Universo; la Palabra poética que nos ayuda a avanzar en el tan difícil arte de Escuchar. Lo ya dicho, escuchar la naturaleza y a los seres humanos que pasan o están a nuestro lado y aquellas/aquellos que viven en los libros y que nos hablan y nos enriquecen desde sus diversas visiones de mundo.
Así, por ejemplo, el escritor ruso (maestro de la literatura universal) Máximo Gorki, en uno de sus ensayos -en el que transita el puente de la oralitura- nos habla de su vivencia con los libros: "Intoxicado por la novedad y el bienestar espiritual del mundo que los libros me habían revelado, al principio empecé a considerar los libros, más bellos, más interesantes y afines conmigo que lo que era la gente, y creo que me cegué un poco al considerar las realidades de la vida a través del prisma de los libros. Sin embargo, la vida, que es el más sabio y severo de los maestros, pronto me curó de esta deliciosa ceguera". Pero, más tarde, no demediado sino dual, nos dice: "Amad los libros que son una fuente de conocimiento; sólo el conocimiento es sano y el conocimiento sólo puede haceros espiritualmente fuertes, honestos e inteligentes, capaces de abrigar sincero amor por los seres humanos, respeto por su labor y cálida admiración por los espléndidos frutos de su elevado e incesante esfuerzo. Cada cosa que el ser humano ha hecho, cada cosa aislada que existe, contiene alguna partícula del alma del ser humano. Esta alma pura y noble está contenida en la ciencia y en el arte en mayor medida que en ninguna otra cosa y habla con la más grande elocuencia y claridad a través del medio y la acción de los libros". "(...) los libros son el espejo del espíritu humano y reflejan la angustia y el tormento de la creciente alma del hombre; la ciencia, es la poesía de la mente, y el arte, es la poesía del corazón".
El abuelo Cocom Pech, en la voz de su nieto Jorge -oralitor maya con quien el año noventa y cuatro, en Tlaxcala (México), compartí el incipiente concepto de oralitura- nos está diciendo: "El hombre que vive y no Sueña es un hombre muerto en vida. Más ¡ay de aquel que Sueña y no realiza sus Sueños! Acosado por las pesadillas acaba por sucumbir al insomnio de una realidad que no es suya. Realizando tus Sueños no serás esclavo de nadie, ni pretenderás someter a otros porque habrás probado los caminos de tu verdadera liberación. Recuerda siempre que, en el universo de la naturaleza, los Sueños se convierten en realidad. La lluvia es el Sueño del agua. El humo es el Sueño de fuego. El Azul del cielo es el Sueño eterno del aire".
( Escribe Elicura Chihuailaf )
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Mis ex alumnos y alumnas de la Universidad en Temuko organizaron un concurso de poesía; me pidieron que oficiara de jurado y luego que presentara la edición -que ahora gestionan- de dichas creaciones. Más allá de la probable perfección o imperfección de los escritos presentados, les digo: a ustedes y a nosotros nos reúne la fe en la Palabra poética (y no me refiero sólo a los versos sino sobretodo a sus Sueños). El trabajo de la Palabra, como su totalidad en nuestra breve existencia, nunca concluye, siempre es perfectible, nos dicen. Lo que importa de verdad es el interés y la complicidad que demostraron tanto el joven impulsor del concurso como las jóvenes/los jóvenes participantes en él. Haber compartido tan hermoso gesto fue un regalo para mi espíritu; aire que me permitió constatar una vez más que en todo tiempo -y a pesar de la aparente pérdida del humanismo en el sistema actual de libremercado- la Palabra poética nos ayuda a persistir en el Azul de los Sueños, pues nos permite vislumbrar otra/s Palabra/s que siempre tímida/s, sencilla/s, resplandece/n en el misterio de la cima del Universo; la Palabra poética que nos ayuda a avanzar en el tan difícil arte de Escuchar. Lo ya dicho, escuchar la naturaleza y a los seres humanos que pasan o están a nuestro lado y aquellas/aquellos que viven en los libros y que nos hablan y nos enriquecen desde sus diversas visiones de mundo.
Así, por ejemplo, el escritor ruso (maestro de la literatura universal) Máximo Gorki, en uno de sus ensayos -en el que transita el puente de la oralitura- nos habla de su vivencia con los libros: "Intoxicado por la novedad y el bienestar espiritual del mundo que los libros me habían revelado, al principio empecé a considerar los libros, más bellos, más interesantes y afines conmigo que lo que era la gente, y creo que me cegué un poco al considerar las realidades de la vida a través del prisma de los libros. Sin embargo, la vida, que es el más sabio y severo de los maestros, pronto me curó de esta deliciosa ceguera". Pero, más tarde, no demediado sino dual, nos dice: "Amad los libros que son una fuente de conocimiento; sólo el conocimiento es sano y el conocimiento sólo puede haceros espiritualmente fuertes, honestos e inteligentes, capaces de abrigar sincero amor por los seres humanos, respeto por su labor y cálida admiración por los espléndidos frutos de su elevado e incesante esfuerzo. Cada cosa que el ser humano ha hecho, cada cosa aislada que existe, contiene alguna partícula del alma del ser humano. Esta alma pura y noble está contenida en la ciencia y en el arte en mayor medida que en ninguna otra cosa y habla con la más grande elocuencia y claridad a través del medio y la acción de los libros". "(...) los libros son el espejo del espíritu humano y reflejan la angustia y el tormento de la creciente alma del hombre; la ciencia, es la poesía de la mente, y el arte, es la poesía del corazón".
El abuelo Cocom Pech, en la voz de su nieto Jorge -oralitor maya con quien el año noventa y cuatro, en Tlaxcala (México), compartí el incipiente concepto de oralitura- nos está diciendo: "El hombre que vive y no Sueña es un hombre muerto en vida. Más ¡ay de aquel que Sueña y no realiza sus Sueños! Acosado por las pesadillas acaba por sucumbir al insomnio de una realidad que no es suya. Realizando tus Sueños no serás esclavo de nadie, ni pretenderás someter a otros porque habrás probado los caminos de tu verdadera liberación. Recuerda siempre que, en el universo de la naturaleza, los Sueños se convierten en realidad. La lluvia es el Sueño del agua. El humo es el Sueño de fuego. El Azul del cielo es el Sueño eterno del aire".
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